Los Diez Mandamientos

Reglas de convivencia
En el pasado la mitología daba respuestas a todas las naturales inquietudes humanas: cómo se originó lo que existe, de dónde provienen los humanos, etc. Los pueblos sedentarios construían grandes ciudades con enormes edificios, y erigían magníficas estatuas para reprimir moralmente a su gente.
El código de convivencia se fue construyendo paulatinamente, y para que funcionara se le otorgaba connotación divina.
Obsérvese si nó la tabla de Reglas para la Convivencia presentada por Moisés a su pueblo:
1- Amarás a TU Dios "El" sobre todas las cosas, o sea, serás fiel a tu identidad hebrea.
2- No tomarás el nombre de "El" en vano. Mostrarás reverencia, respeto y devoción por TU Dios; o sea, no sólo serás fiel a tu identidad hebrea, sino además, serás una persona confiable, fiel, leal, de bien, para tu Pueblo.
3- Santificarás las Fiestas Comunitarias; además de ser fiel a tu identidad y ser una persona de Bien formarás parte, te integrarás a tu comunidad, y junto a ellos reafirmarás tus creencias y tradiciones.
4- Honrarás a tu padre y a tu madre; esto es, preservarás tu Clan, tu linaje, tu apellido, la continuidad de tu Familia.
5- No matarás a tus 'hermanos'.
6- No cometerás actos impuros dentro de tu pueblo.
7- No robarás a tus 'hermanos'.
Estos tres mandamientos ordenan no convertirse en una persona despreciable para tu comunidad, con lo que deshonrarás a tus ascendientes y descendientes. Lo peor para los pueblos comunitarios del pasado era convertirse en despreciable y por ello, ser desterrado del grupo de pertenencia.
8- En el trato con tus 'hermanos' No levantarás falsos testimonios ni mentirás. Para ser buena persona, respetable, no basta con cumplir con los mandatos anteriores, es necesario también honrar la palabra en todas sus manifestaciones.
9- No consentirás pensamientos ni deseos impuros hacia tus iguales. Lo más difícil para el humano civilizado y reprimido por su cultura es controlar la fuerza de las pasiones y de los instintos, por eso se lo insta a ser prudente y austero en su afán de satisfacción dentro del grupo de pertenencia.
10-No codiciarás los bienes ajenos. Y por fin, en una sociedad materialmente ambiciosa, podrás tener lo que quieras, salvo lo de tus compatriotas.